28 junio 2007

Alfonso Cabello

LAS EDADES DE LA LUNA

La luna en el mar navega
como un hábil marinero,
por horizontes de espuma
donde oculta sus secretos.

La luna reina y señora
de la noche, de los sueños,
noctámbula, misteriosa,
como la bruma y el viento.

Si es la luna nueva. Una niña,
que juega con los luceros.
Corre, ríe, juguetea
y sonríe al universo.

Cuarto creciente. Mocita
de ojos azules, serenos.
con mirada penetrante
y fulgurantes destellos.

Luna llena. Plenitud,
solemnidad, sentimiento,
con esa arrogancia eterna
de ser la dueña del tiempo.

Cuarto menguante. Tristeza,
noche de luto, silencio,
mutismo entre las estrellas,
¡La luna se está muriendo!

Ya no navega la luna
por los caminos del cielo.
Se encuentran tristes los mares
y llorando el universo.
Agosto de 1995

SOLEDAD NOCTURNA

Cuánta amargura en el alma.
Qué insoportable silencio.
Qué triste la madrugada
cuando no encuentro tu aliento.

Cuando te llamo y no vienes,
cuando el frío del invierno
va dejando lentamente
dolor y escarcha en mis huesos.

Cuando pronuncio tu nombre,
cuando me faltan tus besos
y en la penumbra nocturna
busco y no encuentro tu cuerpo.

Cuando pierdo la esperanza
de acariciarte de nuevo.
¡Qué soledad me atormenta!
¡Qué insoportable silencio!
Septiembre de 1995

DESENCANTO

TRISTEZA, silencio y llanto,
la soledad me atormenta
y nunca sabré hasta cuándo.

Amarguras infinitas.
Noches de insomnio. ¡Silencioo!
Un corazón que agoniza.

Tinieblas, tristes auroras.
Sentimientos que se rompen
en la cresta de las olas.

Tristeza, silencio y llanto,
la soledad me atormenta
y nunca sabré hasta cuándo.
Febrero de 1996

LA SOLEDAD DEL AMOR

Busco una voz que rompa este silencio,
porque esta soledad me martiriza.
Busco una voz afable, misteriosa,
que arranque de mi boca una sonrisa.

Busco unos ojos mágicos, risueños,
que sientan su calor cuando me miran.
Unos ojos de nítidos destellos
que claven su mirada en mis pupilas.

Busco unas manos llenas de esperanza,
en venero de amores convertidas.
Una manos mimosas, delicadas,
que dejen en mi cuerpo una caricia.

Busco unos labios cálidos, silentes,
una fragua de amor y fantasía,
que dejen en mi boca con sus besos
el sabor de una noche compartida.
Marzo de 1996

NO SOY NADA
No soy nada porque espero
el zarpazo de la muerte.
Maldita sea mi suerte,
pues seré lo que no quiero.

Hoy me encuentro prisionero
en la mazmorra de un fuerte,
y seré materia inerte.
¡Pregunta al sepulturero!

Yo no sé por qué he nacido
para después no ser nada.
No entiendo esta mascarada

porque no tiene sentido.
No ser. Ser. Después podrido
en una tumba olvidada.
Julio de 1997

MIRANDO ATRÁS
Mirando atrás. Mi juventud perdida.
El triste devenir de mi destino.
Sufrí el dolor reptando en el camino,
y en el juego he perdido la partida.

Un roto corazón. Sangrante herida.
Torrente de pasión. Un peregrino,
ni santo ni ferviente jacobino,
y el alma tengo de sufrir curtida.

Fortuna adversa es todo lo que espero,
al final de esta amarga desventura,
donde la vida se difuma en nada.

Vivir es caminar por un sendero,
entre llantos y risas de locura,
hacia la eterna y triste madrugada.
Febrero de 1998

BRISA MARINA
Playa, sol, arena y sal,
los barcos, los marineros,
navegando por la mar.

La mar sola y misteriosa,
la madrugada, el silencio,
y la luna entre las olas.

La caracola y sus ecos,
olas de espuma, caricias,
y la ternura de un beso.

Una niña está soñando,
dormida sobre la arena
y el corazón solitario.

Quisiera ser bruma y viento,
y perderme con mi barca
y la mujer que más quiero.

Playa, sol, arena y sal,
los barcos, los marineros,
navegando por la mar.
Agosto de 1998

UN CORAZÓN ENJAULADO
Un corazón enjaulado
en la cárcel de la vida,
siempre sangrará la herida
que abrieron en su costado.

Herida de sangre y fuego,
un potente torbellino
que amargará su destino
y no encontrará sosiego.

¡Qué terrible penitencia!
Arrastrará noche y día,
y romperá su alegría
mientras dure su existencia.

Una existencia. ¡Qué suerte!
Pasar la vida arrastrando,
y terminarla llorando
en los brazos de la muerte.
23 de enero de 1999

COMO EL CÁLIZ DE UNA FLOR
¡Qué poco dura el amor
cuando no hay entendimiento!
Se convierte en un tormento
y en un terrible dolor.

Y se apaga el resplandor
de dos almas que se amaron,
y en el camino dejaron
las huellas de su rencor.

Cuando no hay nada mejor
que acariciar con ternura,
endulzando la amargura
con paciencia y con amor.

Amar es sentir ardor
con la fuerza de un torrente,
que florece de repente
como el cáliz de una flor.
Febrero, 1999

TE SIGO QUERIENDO TODAVÍA
Te diría te quiero, pero tengo,
el corazón muy triste y desolado.
¡Qué duro es proseguir! Cuando ya vengo,
de todos los confines rechazado.

Te hablaría de flores. ¡Qué frescura!
Sentir su aroma ingrávido en mis venas.
Sentir de tus caricias la ternura,
ahuyentando el rescoldo de mis penas.

Te hablaría de amor, pero mi aliento,
ha perdido la fuerza que tenía.
Solamente me queda un sentimiento.
¡Que te sigo queriendo todavía!
Febrero, 1999

SENTENCIA AJENA
Yo nunca sé lo que quiero,
y mi duda es tan constante,
que aunque camino adelante
nunca llegaré el primero.
Porque en la vida no espero
que a nadie importe mi pena.
Porque en la sentencia ajena,
siempre juzgan sin razón,
por eso mi corazón
sufre una dura condena.
Marzo de 1999

LA ÚNICA FLOR
Ya llega la primavera
derrochando sus colores,
y el aroma de las flores
con su esencia verdadera.
Y en esta estación quisiera,
manifestar lo que siento.
Un profundo desaliento
porque no tengo tu amor,
siendo la única flor
que calma mi sufrimiento.
Marzo de 1999

TU EXQUISITA TERNURA
Hoy siento en mi corazón
la fragancia de tu aliento,
amortiguando el tormento
que soporto sin razón.
Me agobia esta desazón
que martiriza mi vida.
Y la única salida
que tengo de esta amargura,
es tu exquisita ternura
para que sane mi herida.
Marzo de 1999

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