15 julio 2007

EL ÁRBOL CONFUNDIDO


Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que
podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales
y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El
pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

"Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "si realmente lo intentas,
podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?"

- No lo escuches - exigía el rosal - Es más sencillo tener rosas y ¿ves que bellas
son?

Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba
ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:

- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres
sobre la tierra. Yo te daré la solución.
No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas.
Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior.

Y dicho esto, el búho desapareció.

- ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...? - se preguntaba el árbol
Desesperado. Cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió
el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:

- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión: "Cúmplela".
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

Y tu... ¿dejas crecer el roble que hay en ti?
En la vida, todos tienen un destino que cumplir, un espacio que llenar.
No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia
de tu ser.

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